El destino dominicano atrae a visitantes de todo el mundo por su valioso patrimonio histórico y cultural, que comprende restos del primer hogar de Colón en el Nuevo Mundo y la primera iglesia.
Situado en la costa norte de República Dominicana, Puerto Plata es un destino imprescindible para los amantes de la historia y la cultura. Sus monumentos, edificaciones coloniales, una particular arquitectura y ruinas que conservan las primeras huellas de la llegada de Cristóbal Colón a América, entre otros atractivos, permiten a los visitantes experimentar a cada paso un auténtico viaje a la historia del conteniente americano.
“República Dominicana es conocida como la cuna de Las Américas y Puerto Plata tiene el privilegio de dar testimonio de ese pasado”, afirma Magaly Toribio, Asesora de Marketing del Ministerio de Turismo de República Dominicana (MITUR). “Los numerosos vestigios coloniales que alberga la provincia, incluyendo una de las fortalezas más antiguas del Nuevo Mundo y las ruinas de La Isabela, conforman un valiosísimo patrimonio que da cuenta de la época en que confluye la influencia española con el legado de los habitantes originarios”
San Felipe de Puerto Plata, la ciudad más importante y conocida simplemente como Puerto Plata, enamora a los visitantes con sus bellas casas de estilos neoclásico y victoriano de finales del siglo XIX, con colores pasteles y balcones de madera calada.
Imponente, en una de las puntas del Malecón de la ciudad se erige la Fortaleza San Felipe, una de las fortificaciones más antiguas del Nuevo Mundo. Construida en 1577 para defender la costa norte del país de los ingleses y holandeses, así como de los piratas franceses en busca del oro y la plata de la zona, la Fortaleza San Flipe hoy en día es un museo que exhibe cañones originales que miran al Atlántico y armas antiguas, además de constituir un bonito paseo para disfrutar de la puesta del sol mirando el mar.
Las joyas de Puerto Plata también amarran el pasado con el presente. En pleno centro de la ciudad, situado en uno de los edificios coloniales restaurados del siglo XVII, el Museo del Ámbar cuenta con una pequeña pero completa colección de piezas de esta piedra color miel, que aún se extrae de la resina fosilizada de árboles prehistóricos. Cerca de allí, en otra bella casa victoriana, el Museo Gregorio Luperón cuenta la historia de este héroe nacional, líder reconocido de la victoria de las fuerzas dominicanas para restaurar la independencia de España en 1865. Se exhiben, además, trajes y muebles de la época.
Una visita imperdible es explorar las ruinas de La Isabela, el primer asentamiento español en el Nuevo Mundo, fundado por Cristóbal Colón en su segundo viaje, en 1493. Convertidas ahora en parque nacional, aún hay rastros del primer hogar de Colón en América, en lo alto de un acantilado con vista al mar, y de la primera iglesia católica, donde se celebró la primera misa. Basta caminar por allí o cerrar los ojos frente al océano Atlántico para imaginarse la expedición española llegando al Nuevo Mundo.
En el área de las ruinas se encuentran el Templo de las Américas, una versión moderna de aquella iglesia original, y un museo que ofrece información sobre los habitantes taínos y la llegada de los españoles, así como otras reliquias preservadas.
Las marcas de la historia de América también atraviesan el paisaje y la cultura de Puerto Plata. Mar, montañas, verdes valles, ríos y gran cantidad de playas se combinan con históricas plantaciones de cacao y café.
Uno de los paseos imperdibles es llegar, en teleférico, a la cima de la Loma Isabel de Torres, a 800 metros de altura, uno de los lugares más emblemáticos de la zona, flanqueado por un gigantesco Cristo Redentor. Una vez allí, solo resta disfrutar de las fabulosas vistas a las playas del Atlántico o caminar por los jardines botánicos rebosantes de flora local.