SABÍA USTED QUE:
– La cordillera de los Andes, con 8.900 kilómetros de longitud, es la formación montañosa más larga del planeta.
– En Los Andes nacen los ríos más largos y caudalosos de Suramérica.
– El Macizo Colombiano alberga cerca de 30 estructuras volcánicas y es el lugar de nacimiento de los principales ríos del país: Magdalena, Cauca, Patía, Putumayo y Caquetá.
– En la región andina de Colombia se configuran algunos de los mosaicos de paisajes y de ecosistemas tropicales de montaña más ricos y diversos del mundo.
Estos datos y muchos más se pueden encontrar en el libro publicado este año el Banco de Occidente, “Región Andina de Colombia”, donde se hace un completo recorrido por la gran Cordillera, de la mano del biólogo Juan Manuel Díaz y de la geógrafa Luz Ángela Silva, con fotografías de Angélica Montes, Francisco Forero y Juan Manuel Renjifo, entre otros.
En Colombia, donde Los Andes se dividen en tres ramales separados por fértiles valles, se genera una gran variedad de ambientes, altitudes y climas, que permiten el desarrollo de una de las mayores biodiversidades de la franja tropical. Debido a su localización en plena zona de convergencia intertropical, esta zona montañosa es una de las más húmedas de Suramérica.
La región andina de Colombia, que ocupa tan solo el 27% de su territorio, es la que alberga una mayor cantidad y diversidad de especies de flora y fauna; tan solo en plantas se han contabilizado cerca de 11.500 fanerógamas —plantas con flores—, 1.050 helechos, 914 musgos, 756 hepáticas y 1.396 líquenes, lo que en conjunto representa el 43% de la flora del país.
Los Andes colombianos poseen la mayor riqueza de especies de fauna: de las 463 especies de mamíferos registradas en el país, 329 —71%— se encuentran en las montañas andinas y en esta región se han registrado 274 especies de reptiles, más de la mitad de todos los conocidos en Colombia y más de la mitad —52%— de las casi 1.900 especies de aves registradas en el país vive o visita la región andina. El ave emblemática de Los Andes, el cóndor, que estuvo prácticamente al borde de la extinción, gracias a las campañas intensivas de reintroducción en algunas áreas protegidas, se puede observar nuevamente surcando los cielos.
En cuanto a la población humana, la mayoría de los antropólogos y arqueólogos coinciden en afirmar que a comienzos del siglo XVI cuando llegaron los conquistadores europeos, el territorio de Colombia estaba poblado por alrededor de 5 millones de habitantes; de estos, se estima que 3 millones se asentaban en los valles interandinos y en las tierras altas de los Andes, principalmente en los actuales departamentos de Nariño, Cauca, Cundinamarca, Boyacá, Santander y Antioquia.
Actualmente, el nivel de transformación de los ecosistemas andinos en Colombia supera el 70%, lo que ha llevado a que, con excepción de las selvas nubladas que todavía cubren extensiones considerables de las laderas húmedas de las cordilleras Occidental y Oriental, la cobertura actual de bosques naturales se haya reducido a parches o fragmentos aislados. Así mismo, se estima que el ecosistema de vegetación subxerofítica, característico de los enclaves secos de los valles interandinos y los cañones de transversales, no sobrepasa el 5% del original. Las causas de esta devastación se deben, entre otras, a la colonización, la expansión de la frontera agropecuaria , la tala para la producción maderera , la minería, el consumo de leña y los cultivos ilícitos.
La importancia de un libro y de una colección como la que presenta el Banco de Occidente, radica principalmente en crear conciencia de la importancia de proteger los ecosistemas naturales, pues estos nos prestan numerosos servicios ambientales. En las montañas andinas se genera el 75 % del agua que se consume en las ciudades y en sus laderas y valles se encuentran tierras productivas para la agricultura; así mismo, sus bosques y humedales son importantes reservorios de carbono.
Con esta obra el Banco de Occidente hace otro valioso aporte al conocimiento y valoración de nuestros recursos naturales, como lo han hecho los 34 libros precedentes. Después de recorrer sus páginas se comprende la necesidad de lograr la armonía entre las actividades humanas y la naturaleza, a fin de que estos paisajes prodigiosos continúen siendo el hogar y el futuro de los colombianos.