Brasil es considerado el quinto mayor productor vinícolas del hemisferio sur, ha producido vinos desde el comienzo de su colonización. Pero fue por la llegada de inmigrantes italianos (1875) que se dio importancia a la actividad.
En los últimos 15 años, la industria brasileira del vino hizo grandes inversiones en innovación tecnológica y manejo de viñedos. Logrando rótulos de excelente calidad, reconocidos por más de 3 mil premios internacionales.
La diversidad climática típica de un país continental y la creatividad del brasileiro, conocido por su capacidad de reinventar, llevaron al país a lograr una vinicultura completamente original.
La tradición europea, llevada a Brasil por miles de inmigrantes, junto con la inversión en innovación, resulto en vinos con personalidad única.
En común eles traen la frescura de una industria joven, formada por pequeños productores, que hacen vinos frutados, leves y con presencia moderada de alcohol. Hoy, la producción de vinos finos en Brasil llega a 82.000 hectáreas, divididas principalmente en seis regiones. Son aproximadamente 1.100 vinícolas elaborando vinos a lo largo del país. La industria vitivinícola brasilera es formada también por otras vinícolas, la mayoría instalada en pequeñas propiedades (promedio de 2 hectáreas por familia), dedicándose a la producción de vinos de mesa o artesanales. En total, entre variedades viníferas y comunes, la área cubierta por viñedos en el país es de aproximadamente 89.000 hectáreas, en polos localizados de norte a sur.
El país se consolidó como el quinto mayor productor de la bebida en el Hemisferio Sur y ciertamente es uno de los mercados que crece más rápidamente en el mundo.
En la actualidad, la producción de vinos finos en Brasil está dividida principalmente entre seis regiones: Sierra Gaúcha, Campanha, Sierra del Sudeste y Campos de Cima da Serra, en Rio Grande do Sul, Planalto Catarinense, en Santa Catarina, y Vale do São Francisco, en el Noreste del país. La cadena productiva de uva y vino combina técnicas que garantizan la calidad, como la colecta manual, con tecnología de punta en los procesos de viticultura e vinificación. Bajo estas condiciones, Brasil consigue dar origen a vinos frescos, frutados y equilibrados, con tenor de alcohol moderado y muy agradable.
El camino del vino brasileño
Buscar nuevas experiencias es un comportamiento común de todos los apreciadores de vinos. Para aquellos que quieran conocer hoy las marcas que sorprenderán al mundo mañana, los vinos brasileños son la apuesta correcta.
De una gran diversidad de regiones productoras, perfiles de bodegas y estilos de elaboración, vienen botellas que traen la ligereza típica y el espíritu alegre de Brasil, pero con calidad probada por críticos y competiciones internacionales. Este estado de ánimo joven y feliz está representado principalmente por los vinos espumosos, producto en el que el país se ha convertido en un especialista a lo largo de más de 100 años de elaboración. Combinando la tradición con una industria profesional y tecnológica, Brasil se está convirtiendo rápidamente en una referencia en este segmento, el que más crece en consumo en el planeta. El secreto está en el estilo refrescante y fácil de apreciar, que explora diferentes técnicas de producción y una pluralidad de terruños que solo un país del tamaño de Brasil puede ofrecer.
Igual de amigables son los vinos tintos brasileños, que forman una isla de elegancia y moderación alcohólica en el mar de vinos potentes y explícitos de Sudamérica. Esta identidad es la herencia de los inmigrantes europeos que trajeron la viticultura a Brasil desde su descubrimiento y, más tarde, transformaron la región sur del país en la referencia para el cultivo de la uva. Sin embargo, con creatividad y sed de novedades, los brasileños están llevando la cultura del vino a todo el país, ofreciendo alternativas de vino a todos los consumidores y generando curiosidad en todo el mundo.
Descubra ahora qué hace que los vinos brasileños sean únicos, auténticos y, al mismo tiempo, sin complicaciones. Es el espíritu brasileño en cada botella.
Vinos de Brasil
Promover la calidad de los vinos brasileños en el mercado internacional es la principal misión del proyecto Wines of Brasil.
Para ello, desarrolla un trabajo que comienza en las bodegas, guiando a los productores en el camino de la exportación, resultando en actividades de promoción en diferentes partes del mundo, como la participación en ferias y el contacto directo con agentes del comercio y líderes de opinión. Los proyectos están abiertos a todas las bodegas brasileñas interesadas en llegar al mercado internacional.
Creado en 2002, se mantiene mediante una asociación entre el Instituto Brasileño del Vino (Ibravin) y la Agencia Brasileña de Promoción de Comercio e Inversión (Apex-Brasil). También cuenta con el apoyo de instituciones como el Instituto Brasileño de Turismo (Embratur); el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (Mapa); el Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE) y la Secretaría de Desarrollo de Inversiones y Promoción de Rio Grande do Sul (SDPI).
Ibravin se creó en enero de 1998 para representar a los productores brasileños de uvas, zumos, vinos y espumantes del país. Es un espacio de diálogo que concilia las opiniones de los agricultores, las empresas del área, las cooperativas y los miembros del gobierno en la búsqueda del desarrollo de la cadena vitivinícola brasileña.
Además de estimular y supervisar la porción de producción del sector, es el papel de Ibravin promover los derivados de la uva en los mercados internos y externos. Reúne a las principales entidades del segmento en el país en su consejo de administración y es reconocida por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) como responsable de llevar a cabo las demandas de la industria vinícola brasileña en el ámbito internacional.