Naturaleza, tradiciones gastronómicas, culturales, historia y diversión forman parte del recorrido por el litoral de Bahía, uno de los estados más diversos de Brasil, donde la belleza de sus playas de arena blancas y agua traslúcidas -enmoldadas por filas de cocoteros- combinan con un clima ameno todo el año. No por casualidad allí tienen un refrán: “sonríe, llegaste a Bahia!”.
Bahía, al Noreste de Brasil, es la «tierra de la felicidad», como la describió el compositor Ary Barroso. Se trata de uno de los estados brasileños donde se mezclan las tradiciones de los pueblos originarios, europeos y africanos y donde ese legado salta a la vista en cada recodo, desde sus ciudades hasta los más pequeños caseríos.
Un “puerto seguro” en la fundación de Brasil
A más de 700 km al sur de la capital bahiana se encuentra Porto Seguro, un destino célebre por la belleza de sus playas, excelente infraestructura y por su ambiente de animación juvenil, pero que guarda un legado relevante: fue allí donde los portugueses atracaron en tierras brasileñas, en el 1500. Según los historiadores, Porto Seguro -especialmente su centro histórico- es la muestra de cómo comenzó la era colonial en el mayor país de la región.
Las playas de Porto Seguro son los principales atractivos del destino y vale la pena visitar cada una de ellas: desde las que tienen barracas o quioscos con fiestas en la orilla del mar, hasta las semidesiertas. Todas las playas de Porto Seguro están conectadas por la avenida Beira-Mar, una costanera céntrica que recorre toda la costa, y en ese camino van apareciendo las playas. Para quien llega indeciso a la ciudad, vale la pena ir directamente a Praia de Taperapuã (donde la fiesta está garantizada), Praia do Mutá (más exclusiva y apacible), Praia de Mundaí o Praia Coroa Vermelha (que se encuentra en Santa Cruz Cabrália); como alternativas están la Praia de Curuípe, Praia da Ponta Grande y la pequeña Pitacimirim. Con sol garantizado todo el año, los meses de noviembre, diciembre, marzo y abril suelen ser los más lluviosos.
Las dos caras de Trancoso
A un poco más de una hora en auto de Porto Seguro por la ruta BA-986 se ubica Trancoso, un enclave costero del sur bahiano donde el recorrido comienza en el céntrico Quadrado, presidido por una iglesia, una plaza y un mirador con vista panorámica, donde están las mejores posadas y restaurantes. El destino final siempre es la playa, y las hay para cada gusto, sea con acantilados, agua transparente, piscinas naturales, filas interminables de cocoteros o todas las características anteriores. A la hora de armar el recorrido, se recomienda ir más allá de las playas cercanas al Quadrado, como Praia dos Coqueiros y Praia dos Nativos, para adentrarse en parajes bucólicos como Patimirim, Praia de Itaquena y Barra do Rio dos Frades, ya sea caminando, en cuatriciclo alquilado (una tradición en la zona) o en lanchas rápidas.
Trancoso posee dos personalidades: una villa tranquila y con playas deslumbrantes en temporada baja, y un sofisticado destino de fiesta en temporada alta, es decir, en los meses de diciembre, enero y febrero. En todos los casos la infraestructura de hoteles y restaurantes es de buen nivel para todo tipo de viajeros. El ranking de las mejores playas está muy reñido: de Rio da Barra, pasando por Taípe, Praia do Rio Verde e Itapororoca, cualquiera vale la visita. Imperdible la espectacular Praia do Espelho, a 25 km de Trancoso, considerada una de las más espectaculares de Bahía.
Cerca de Trancoso (a casi 40 km por camino de tierra; recomendable autos de doble tracción) está Caraíva, una pequeña villa de pescadores conocida como destino de turismo natural, donde hasta hace pocos años no había luz eléctrica y las calles son de arena. La naturaleza es el principal atractivo de este pueblo donde la mayoría de los recorridos pueden hacerse a pie porque la circulación de autos dentro del pueblo está prohibida, y las posadas son más pequeñas y acogedoras que en sus vecinas Porto Seguro y Trancoso, pero donde lo rústico no está peleado con el confort.
Para acceder Caraíva hay que llegar cruzando un río en una lancha desde la cual se aprecian sus casitas coloridas y calles con arbustos florecidos. Las mejores playas son Praia da Barra, Praia do Camarão y Praia do Satu. Para disponer de un buen lugar donde comer y beber durante la jornada playera hay que instalarse en Praia de Caraíva, próxima a una playita de agua dulce en el río del mismo nombre. Las opciones de diversión incluyen paseos en kayac, stand up paddle y paseo en canoa por los manglares. El forró -el animado ritmo musical del Nordeste de Brasil- es la música que prevalece al atardecer en los quioscos a la orilla del mar, una buena oportunidad para aprender a bailar como parte de la inmersión en ese paraíso natural de Bahía.
“El Nordeste de Brasil es un tesoro”, comenta Silvio Nascimento, presidente de Embratur. “Los visitantes extranjeros -especialmente nuestros queridos vecinos de Paraguay y América Latina- conocen la costa sur y Río de Janeiro como si fuera su propia casa. Pero conocer los itinerarios de Sol y Playa disponibles en la Región Nordeste es otra experiencia, un nuevo descubrimiento: ciudades y pueblos con excelente infraestructura turística y la posibilidad de reconexión total con la naturaleza. Estamos ampliando la red de frecuencias aéreas y tenemos cada vez más vuelos directos desde países del Mercosur al Nordeste y esperamos que este movimiento sea un catalizador para el turismo en la región. Los invitamos, no te arrepentirán», aseguró Nascimento.
Cómo llegar
La opción más conveniente para llegar al sur de Bahía es el Aeropuerto de Porto Seguro, que recibe vuelos directos desde varias ciudades de Brasil con conexiones desde Colombia, ya sea en vuelos regulares o charters (según temporada). Para movilizarse por la región a partir de Porto Seguro, lo ideal es alquilar un vehículo rústico, en caso de que la ruta no esté en buenas condiciones.
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