El running es el secreto que la directora de comunicaciones de la Vicepresidencia de la República pone en práctica para balancear la maternidad y la vida laboral, además de ser el mantra que transforma su cuerpo y alma.
Constancia, disciplina, perseverancia y metas claras para alcanzar sus objetivos, son los valores que definen a Carolina Sánchez, la actual directora de Comunicaciones Estratégicas y Relaciones Públicas de la Vicepresidencia de la República. Esta mujer, con más de 25 años de experiencia en el mundo de las comunicaciones, además de ser una ejecutiva exitosa, es deportista de alto rendimiento y madre de María Carrasco, su hija de 14 años.
Distribuir el tiempo para ser madre, ejecutiva y practicar running es todo un reto, pero jamás ha considerado que sea imposible. Al contrario, asegura que para lograr todo lo que se propone el secreto es amar lo que hace, darle la prioridad que merece cada área de su vida y trazarse metas: “creo que todo en la vida tiene que ver con la voluntad para hacer cosas y un propósito bien definido. Mi vida se guía por un principio básico: pasión por lo que hago, superar obstáculos, alcanzar objetivos y trazarme nuevos desafíos. De esta manera, me he puesto retos profesionales y deportivos, también me pongo retos como mamá todos los días. La pasión y el deseo hacen que puedas cumplir con todo y lograr la satisfacción personal”.
En la búsqueda de actividades que aligeren la carga y liberen el estrés que exige ser la Dircom de la Vicepresidencia de la República, Carolina ha encontrado en el running el mejor aliado para lograr el balance perfecto entre el trabajo, la vida en familia, y el bienestar. El deporte se ha convertido en su mantra, en su espacio personal, en ese momento que le ayuda a pensar mejor, y tener un tiempo para ella misma, también le ha dado la capacidad de conocerse más, fortalecerse, ponerse a prueba y retarse en niveles cada vez más elevados. Incluso este es el momento en donde más aflora su creatividad, en donde surgen mil ideas que se materializan en proyectos, y en donde demuestra que es capaz de lograr grandes cosas.
Con los años, ha corroborado que la actividad física, la familia y el trabajo son perfectamente compatibles, ya que estos mundos requieren de los mismos valores: perseverancia, proyección para alcanzar las metas, y esfuerzo por la excelencia. Además de la solidaridad y la empatía, estos son los aspectos que esta mujer inculca a su hija, con quien comparte el amor por el deporte. “Ella es muy deportista, practica karate, fútbol y voleibol. Nos gusta acompañarnos en nuestros entrenamientos. Creo que la clave del éxito es llegar a acuerdos, todo es negociable, sobre todo en temas de agenda cuando se trata de priorizar y cumplir. Desde siempre y hasta la fecha, sin importar lo que pase, el acuerdo entre mi hija y yo es el de peinarla todas las mañanas sin importar lo que suceda. Este espacio es único, es personal y es irremplazable, el tiempo pasa y seguro en algún momento ya no tendré la oportunidad de peinarla; sin embargo, en su corazón quedará esa huella y María sabrá que siempre estaré dispuesta a peinar a la niña de mis ojos”.
Otro momento que no tiene precio para ella es el entrenamiento, porque ese espacio transformador es un alimento para el cuerpo y el alma. “Esta filosofía de vida me gusta mucho porque la vivo a diario y coincido con la esencia fundamental de ASICS “Alma sana en cuerpo sano”. ASICS ha sido una marca muy cercana a mí porque además de transmitir un mensaje de bienestar que me encanta, me ha acompañado desde mis inicios en el running hace diez años. Mis zapatos favoritos para correr largas distancias son los Nimbus 21. “Estoy corriendo largas distancias con los Nimbus 21 y me he sentido muy bien, me dan mucha estabilidad y amortiguación, además, me aseguran una buena pisada. Siento que mis tobillos están firmes y me evitan lesiones. Me he sentido muy bien corriendo con ellos y se adaptan perfecto a mis pies”
Además de poner su corazón en todo lo que hace, gran parte del éxito que ha alcanzado se debe a que vive cada instante con plenitud. A todas las mujeres las invita a “vivir la vida con pasión, a gozarse cada minuto en su vida espiritual, en sus hobbies, en sus trabajos, con sus familias, porque no hay manera de devolver el tiempo. A aventurarse a hacer algo que las haga crecer como personas, algo que las llene y las transforme. A dejar los sentimientos de culpa, a organizar los tiempos, a priorizarse en ellas mismas y a disfrutar de cada instante que la vida les regala”.